CONPSYENCIA BLOG

Los aprendizajes de la maternidad.
Julio 2019

En esta ocasión quiero compartir contigo nuevamente mi experiencia de ser mamá, pues justo en unos días cumpliré dos años desempeñando este papel nada fácil. Han sido dos años de grandes retos, ilusiones, decepciones, ajustes, desajustes, control, caos, amor y fortaleza. La maternidad ha sido es una experiencia “multiemocional”, pues tengo múltiples emociones en diferentes momentos.

Por ejemplo, al ser mamá me siento muy feliz, pues es algo que deseaba de tiempo atrás, pero también siento miedo por la posible pérdida de mi hija y de mi propia muerte (aunque ninguna se encuentra, ni se encontró en riesgo). Me siento la mujer más poderosa del mundo, pero también tengo momentos en los que me siento una mujer a la que le faltan recursos para ser mamá, mujer y profesional. Me enojo porque no puedo hacer cosas que antes hacía en el trabajo, pero también me siento feliz por no hacerlas y dedicarle ese tiempo a mi hija. Soy una mujer que se desespera por perder el control de sus actividades, pero también soy muy paciente conmigo y con mi hija. Para mi papel de mamá, la paciencia, tolerancia a la frustración y comprensión han sido clave. Ser paciente, tolerante y comprensiva no sólo a lo que hace o es mi hija sino sobre todo a mi persona. ¿Cómo lo logro? Todos los días me doy cuenta que las cosas tienen sus tiempos, que no vale la pena desesperarse o correr para lograr las cosas. La verdad es que siempre habrá algo que hacer y que habrá un momento (el adecuado) para que haga lo que tenga que hacer.


Soy realista en las expectativas hacia mi persona y hacia los otras, es más creo que he dejado de esperar mucho de los otros y buscar la forma en poder resolver las cosas por mí misma y finalmente, miro que la maternidad es un proceso, así que en algún momento será muy demandante y en otros tendré más momentos de independencia. Estos años también me han hecho más sensible a lo que escucho de los niños en el consultorio y resignificar los motivos de consulta que se tienen por ejemplo cuando las escuelas piden que se haga al niño más fuerte o que no sea tan inocente porque sus compañeros se lo van a “comer”, o por ejemplo cuando lo menores me dicen que no quieren ser tan sensibles para que ya no les duela tanto o no les importe el que sus papás los insulten. Que doloroso escuchar que los adultos queremos hacer violentos o más rudos a los niños o que nuestros niños se quieren volver insensibles. Mi tarea como profesional en estos casos, será compartir con los adultos mis experiencias y ayudarles a desarrollar la paciencia, tolerancia a la frustración y comprensión ante el desarrollo o necesidades de los niños.


En estos meses también he aprendido tanto a planificar como a ejecutar las cosas de manera diferente. Ahora soy más precisa, clara y practica en lo que quiero o tengo que hacer, pues si le doy vueltas al asunto tengo que invertir tiempo, y ese tiempo lo quiero para estar con mi hija. Otra cosa muy importante que el ser mamá me está dejando es el hacer a un lado las culpas para quedarme sólo con aquello que realmente es mi responsabilidad. Estoy convencida que sólo así podré generar cambios en lo que me toca. En fin, la maternidad ha sido una experiencia de grandes aprendizajes. Seguramente tendré la oportunidad de compartir contigo más cosas en otros momentos. Sería interesante que tú también compartieras tus aprendizajes de ser mamá. Espero tus comentarios. ¡Un abrazo!



Mtra. Yolanda Santiago Huerta