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¿Por qué no soy feliz?
Septiembre 2019

Muchos de nosotros buscamos todos los días y a cada instante la felicidad. Nos desvivimos por tenerla y mantenerla en nuestro futuro, aunque dejemos de disfrutar lo que nos rodea en el presente. Algunos nos enojamos, otros nos deprimimos, otros tantos dejamos de tener contacto con el mundo cuando nos damos cuenta de que nuestros esfuerzos no son suficientes para alcanzar la felicidad.

Para ser felices, todos los días seguimos las sugerencias de los expertos: nos levantamos temprano, vamos a trabajar, hacemos ejercicios, comemos saludablemente, estudiamos con ahínco, tenemos muchos amigos; pero aun así, al llegar la noche sentimos que no alcanzamos el nivel de felicidad que deseamos. ¡Si, hacemos todo eso y más cada día! Sin embargo, no nos ponemos a pensar qué debemos dejar de hacer para alcanzar mayores niveles de felicidad de las que tenemos en la actualidad. Una de las cosas que es importante dejar de hacer es compararnos con los demás. Es tan fácil caer en la tentación de ver a los otros y pensar que ellos son mejores en algún aspecto (en el físico, en el trabajo, en su familia o en la escuela). Sin embargo, no nos damos cuenta de que al compararnos dejamos de lado el que somos personas únicas, con capacidades y aptitudes distintivas, que tenemos nuestra propias fortalezas, emociones y características, que ellos no tienen nuestras experiencias, objetivos de vida o deseos. La solución a esto es enfocarnos en nosotros, en nuestras habilidades, en nuestras metas y en nuestras necesidades en vez de ver lo que hacen o dejan de hacer los demás.


Otra cosa que necesitamos dejar de hacer es quedarnos anclados en las cosas no resueltas del pasado o estar esperando un futuro que tal vez nunca suceda. ¿Por qué dejar de hacer esto? Porque perdemos la posibilidad de vivir y disfrutar las experiencias, personas y oportunidades que tenemos aquí en el presente. Lo mejor es centrarnos en el aquí y en el ahora, alegrarse por todas y cada una de las situaciones que vivimos, así como gozar de la compañía de los que están en ese momento a nuestro lado. El miedo, el enojo y el rencor son emociones que debemos evitar controlen nuestra vida pues disminuyen nuestra felicidad. Tengamos en cuentea que éstas nos paralizan, nos llevan a dañar a otros, nos impiden luchar por nuestros sueños, no nos permiten tomar las mejores decisiones, nos impiden poner a prueba nuestras habilidades, nos frustran o hacen sentir culpa constantemente, además de que nos quitan la posibilidad de concentrarnos en lo que realmente importa. Para manejar mejor estas emociones necesitamos identificar qué genera estas emociones, aceptarlas, trabajarlas, generar objetivos de acuerdo a las habilidades que poseemos, incrementar nuestra tolerancia a la frustración y no dejar de esforzarnos.


Finalmente, dejemos de fijarnos en lo que nos hace falta. Los seres humanos solemos estar más ocupado en las cosas que no tenemos, más que apreciar aquello que sí tenemos. Lo que podemos hacer es agradecer todos los días y a cada momento las cosas que tenemos ya sean experiencias, personas, objetos, situaciones, retos, ideas e incluso dificultades, pues éstas nos dejarán una gran enseñanza. ¿Qué haces o podrías dejar de hacer para ser más feliz de lo que eres en este momento? Gracias anticipadas por tu respuesta única y especial. Te abrazo.



Mtra. Yolanda Santiago Huerta